DISLEXIA es una dificultad permanente y específica de aprendizaje, de origen neurobiológico, que se caracteriza por dificultades en el reconocimiento preciso y fluido de las palabras (decodificar) y por errores ortográficos al escribir (codificar), siendo estas alteraciones resultado de un déficit en el componente fonológico, y por tanto impide la adquisición y desarrollo normalizado de la lectura porque el cerebro procesa este tipo de información de otro modo. Tales dificultades se dan a pesar de un desarrollo cognitivo normal y de una adecuada instrucción escolar. Como consecuencias secundarias, pueden aparecer problemas en la comprensión lectora y una experiencia lectora reducida que puede afectar al desarrollo del vocabulario y la adquisición de conocimientos
(Carmen Silva).
La dislexia es mucho más que tener problemas con la lectura y la escritura, también supone problemas de comprensión, de memoria a corto plazo, de acceso al léxico, nociones espacio-temporales, noción de cantidad, con lo abstracto que no pueden manejar ni ver…
Además, no existen dos disléxicos iguales, por tanto, cada caso es único y no tiene por qué presentar la totalidad de los síntomas.
Si no es detectado a tiempo, no se diagnostica correctamente y no se trata de manera efectiva, exponen al niño a repetidas experiencias fallidas, lo que provoca su falta de motivación por el aprendizaje y favorecer la aparición de problemas asociados que afectan la autoestima y el bienestar emocional del niño.
El niño/a puede mostrar: - Signos de ansiedad, tristeza, frustración o decepción.
- Problemas conductuales como mal comportamiento
La forma de identificarlo es mediante un informe psicopedagógico.